La primera evidencia de escritura tiene más de cinco mil años. ¿ficción? ¿Poesía? No, pero los libros de contabilidad… donde se registran los rendimientos de las cosechas y las transacciones comerciales. Estos vestigios del pasado reflejan lo que era importante para el negocio, pero no necesariamente para el interés general. Nada ha cambiado y, en el capitalismo actual, la contabilidad determina el resultado financiero anual de las empresas que sirven a sus accionistas propietarios y al Estado. Y todos los balances se agregan en datos a nivel nacional, pilares del controvertido indicador de riqueza de un país: el PIB. ¿Dijiste “interés general”?
La economía se construyó sobre el famoso postulado de Jean-Baptiste Say, un economista liberal francés de principios del siglo XIX.y siglo: “Los recursos naturales son inagotables, de lo contrario no los obtendríamos gratis. Las normas contables, por lo tanto, ignoran las contribuciones de los “bienes y servicios” de la naturaleza a la actividad humana y, por otro lado, los impactos de esta actividad sobre el medio ambiente. Los tiempos están cambiando y algunos proponen introducir en la contabilidad temas de equidad y protección ambiental para orientar las políticas públicas y fiscales en la transición ecológica, lo que implica sumar misiones de “impacto positivo” a la obligación de responsabilidad social (RSE) y tomar en cuenta los extras. rendimiento financiero de las empresas.
Así, varios Sistemas de contabilidad socioambiental o multicapital de la ONUONG, agencias de calificación, contadores, los académicos tienen experiencia. Junto a la contabilidad puramente financiera encontramos, por ejemplo, contabilidad socialque tiene en cuenta el capital humano, y contabilidad verde. En este último, el capital natural es la deuda que la empresa contrae con la naturaleza a través de sus elementos. El equilibrio entre la deuda ecológica y el mantenimiento de la integridad del ecosistema puede basarse en indicadores físicos (emisiones o secuestro de toneladas de COdos, número de especies extintas o reintroducidas, artificialización o desartificialización de superficies, etc.). Si hay traducción monetaria, se cuantifican los costes de prevención y reparación del daño.
Estas cuentas se distinguen principalmente por la sustituibilidad entre los tres tipos de capital. Para unos, una cuenta puede equilibrar a la otra (hablamos de sostenibilidad débil), para otros es imposible (sostenibilidad fuerte). En este último caso, con un balance de capital natural negativo ya pesar del beneficio económico, una empresa puede ser declarada en quiebra ecológica.
El objetivo de esta contabilidad es hacer que las empresas sean responsables con la sociedad, el medio ambiente, los territorios, los trabajadores y dejen de valorar su mera actividad comercial. Para ello, el primer paso es definir el capital natural y humano que tenemos, lo que el sociólogo de la ciencia Bruno Latour denomina “apegos”. La elección de nuestros estilos de vida se incorporaría entonces a una tabla de contabilidad en la que se enfrentarían los estándares y puntos de vista mundiales. De hecho, cabe recordar que la Unión Europea utiliza el marco contable de las NIIF americanas (por normas internacionales de INFORMACION FINANCIERA) y que el cambio más pequeño a la regla debe negociarse ferozmente con 27 miembros. El mundo de la compatibilidad, por tanto, no es tan triste como imaginamos y está lleno de novedades y, para convencernos de ello, estaremos viendo la serie con placer. Parlamentosobre la fabricación de normas europeas.
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