Ellos “minimizan” las amenazas, resume la historiadora de la ciencia Naomi Oreskes en la última edición de científico americano🇧🇷 Recuerda, por ejemplo, que en 2008 el politólogo Roger Pielke Jr. había determinado que el aumento del nivel del mar fue mayor de lo previsto en dos de los tres informes anteriores del IPCC (Panel de Expertos de la ONU sobre el Cambio Climático). Asimismo, en 2009, una síntesis de cientos de estudios climáticos había identificado varios temas en los que los científicos “subestimaron” lo que estaba por venir, pero en ninguno sobrestimaron.
Oreskes no solo hizo un descubrimiento: según recuerda, de 2013uno de sus colegas de la Universidad de California, San Diego, Keynyn Brysse, había escrito que “estas subestimaciones representan una especie de sesgo”.
“Los científicos tienden hacia la proyección más baja porque no quieren ser acusados de hacer afirmaciones dramáticas y exageradas. 🇧🇷
¿El problema desapareció con el tiempo? No estoy tan seguro si pensamos en el derretimiento del hielo en el Ártico o en los nuevos récords de temperatura. Varias veces al año, sale un nuevo informe que revela que las estimaciones anteriores habían subestimado velocidad de estos cambios.
Esto no es tan diferente de los sesgos inconscientes que se han discutido en la literatura sobre discriminación en los últimos años. El sesgo inconsciente puede ser causado por sesgos inconscientes, pero también puede ser un reflejo defensivo, escribe Oreskes: “Incluso hoy, los científicos continúan siendo acusados de exagerar los riesgos climáticos por figuras influyentes que atraen una atención desproporcionada de los medios”. El miedo a ser atacado puede llevar a elegir inconscientemente escenarios que son cautelosos, tan cautelosos que resultan poco realistas. Con todos los riesgos que esto conlleva: “estimaciones demasiado bajas pueden dar la falsa impresión de que tenemos más tiempo para solucionar el problema”.
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