Las pistas geológicas dan fe de esto: hace unos 4 mil millones de años, el agua fluyó en Marte. Sin embargo, quien dice agua líquida dice clima bastante templado. La atmósfera, por lo tanto, tenía que ser rica en dióxido de carbono y dihidrógeno, un gas de efecto invernadero suficiente para mantener temperaturas suaves.
Simulación de la interacción entre la atmósfera y la vida en Marte
Los investigadores simularon la interacción de esta antigua atmósfera con la presencia de microorganismos consumidores de dihidrógeno y productores de metano, como los que existían en la Tierra primitiva. Según uno de los escenarios posibles, “Al consumir la gran mayoría del dihidrógeno y liberar metano, un gas de efecto invernadero menos potente, estos microorganismos habrían provocado que la temperatura descendiera varias decenas de grados en Marte. describe Boris Sauterey, autor principal del estudio. Se habría formado una capa de hielo, separando esta vida de la atmósfera y, por lo tanto, de su fuente de energía”.
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Como el ambiente de la superficie se volvió hostil, los microorganismos se habrían hundido varios kilómetros para beneficiarse de un poco de calor… y habrían terminado desapareciendo, ¡a menos que todavía estuvieran escondidos allí! No reivindiquemos vida extraterrestre: “No tenemos evidencia objetiva de vida marciana pasada o presente”, recuerda el astrobiólogo. La única forma de verificar esta hipótesis es buscar rastros de la misma, principalmente en áreas de la corteza cercanas a la superficie. Como el cráter Jezero, donde se encuentra actualmente el rover Perseverance…
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