El informe en cuestión tiene 37 páginas, sintetizando los tres volúmenes, así como los tres informes especiales, que suman 10.000 páginas, basadas en 50.000 estudios científicos. Baste decir que si nos limitamos solo a las “luces”, lo normal es que el retrato se oscurezca aún más.
El caso es que es el mismo retrato que hemos podido escuchar a lo largo de los tres volúmenes, publicados sucesivamente en 2021 y 2022: cada fracción de grado centígrado de aumento adicional multiplicará los fenómenos meteorológicos extremos, 3.000 millones de personas viven en zonas vulnerables , todos los ecosistemas se ven afectados, se cierra la ventana de oportunidad para hacer un cambio, etc.
Al igual que con los cinco informes anteriores del IPCC que abarcan 30 años (1990, 1995, 2001, 2007 y 2013-2014), el sexto también fue una síntesis de la literatura científica internacional. Lo que ha cambiado entre el primer y el sexto informe es que la imagen se ha refinado considerablemente: sabemos mucho mejor sobre el comportamiento de los climas de nuestro planeta, tenemos más tecnologías para recopilar y analizar montañas de datos. Ya cuando se publicó el primer volumen del sexto informe, en agosto de 2021, los observadores notaron que, con el tiempo, el lenguaje se había vuelto más “robusto”: entre “el cuerpo de evidencia sugiere una influencia humana perceptible en el clima planetario” en 1995, habíamos pasado a “un hecho inequívoco” en 2021.
En todo caso, el público está mucho más consciente que a principios de la década de 1990, un factor que contribuyó a que las ciencias sociales se incluyeran en el sexto informe.
Pero hasta cierto punto, la imagen sigue siendo la misma que hace 30 años: las predicciones sombrías de los modelos climáticos se han confirmado en gran medida y los márgenes de error sobre los futuros aumentos de temperatura se han reducido. Donde se puede culpar a las predicciones por estar equivocadas es más a menudo porque no llegaron a la verdad. No imaginamos, a principios de la década de 1990, que los casquetes polares se derretirían tan rápidamente, ni que los “puntos de inflexión” se producirían tan pronto: ahora sabemos que varios de estos umbrales, más allá de los cuales un sistema natural se ve perturbado irremediablemente, se estan cruzando..
La pelota está en el tejado de los gobiernos y sus ciudadanos, recuerda el documento de síntesis, como hace 30 años. Las elecciones políticas o económicas realizadas en las últimas tres décadas ya han tenido un impacto en el clima, y la velocidad con la que cambian las prioridades ahora tendrá un impacto en las próximas décadas.
Foto: Reunión del IPCC de 2014 / CMNUCC / Wikipedia Commons
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