Para ser claros, esta no es “la” prueba de que la vida en la Tierra se originó a partir de meteoritos. Los ingredientes básicos pueden estar ya en nuestro planeta. O tal vez la vida podría haber seguido un camino diferente al de esos cuatro “ladrillos”: los ácidos nucleicos designados por las letras A, C, T, G, que constituyen el “alfabeto” genético de todos los seres vivos de la Tierra.
Pero es al menos parte del rompecabezas que está completo, aseguran los investigadores japoneses y estadounidenses que publicado 26 de abril en la revista Comunicaciones de la naturaleza. Observaron la “C” (citosina) y la “T” (timina) en tres meteoritos. Además, la proporción de estos dos compuestos los distinguiría lo suficiente de lo que se encuentra en los suelos circundantes para que estos investigadores excluyan la hipótesis de “contaminación” por el suelo: es decir, este C y este T tendrían un origen extraterrestre, y muy antiguo, ya sea unos 4 mil millones de años hace, cuando estos meteoritos se formaron en el espacio.
todos los expertos no están listos para despedir la hipótesis de contaminación por estos meteoritos. Pero el hecho es que la hipótesis de una “siembra” de meteoritos se ha tomado en serio durante unos sesenta años desde que se descubrieron los dos primeros ladrillos (adenina y guanina) en otras rocas cósmicas. Varios investigadores simplemente renunciaron a la posibilidad de descubrir los otros dos, debido a las pequeñas cantidades involucradas. Es en este contexto que despierta interés la investigación dirigida por el astroquímico Yasuhiro Oba, de la Universidad de Hokkaido, pues ante la falta de pruebas, trae un nuevo método para excavar otros meteoritos, en busca de rastros hasta ahora indetectables.
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