Hacer miel sin abejas es el gran desafío que ha asumido Bee-io, implementado en el Parque Científico Rehovot, al sur de Tel Aviv, Israel.
Producir miel “real” sin la ayuda de las abejas. Este es el objetivo establecido por Bee-io, una exitosa empresa emergente israelí con sede cerca de Tel Aviv, Israel. El objetivo de la empresa no es dar sombra a las abejas. Al contrario, ella escucha. proteger las siete especies de forrajes capaces de producir mielcada vez más demandados por la producción industrial, y cuya diversidad se ve, por tanto, amenazada.
Esta miel de nueva generación se obtiene gracias a una biosíntesis que mezcla el néctar de la planta proteica que imita el estómago de la abeja. En cata (un primeur, nos dicen), es bastante convincente. La textura de la miel se reproduce de forma idéntica y los sabores se acercan a la miel clásica que conocemos. El único inconveniente es que solo nos dieron miel de sabores (lavanda, eucalipto, etc.). Una versión “simple” identificaría mejor el sabor básico.
¿Marketing en EEUU… antes que en Europa?
En pocos años, la pequeña start-up ha crecido mucho. Hoy ya cuenta con 22 empleados y ha alcanzado una importante capacidad de producción: 6000 toneladas de “miel” al año salen de las colmenas, o mejor dicho, de los laboratorios. Y no tiene intención de parar de tan buena manera. Pretende ofrecer un producto sostenible, a precios estables, en relación a la miel convencional. De hecho, la demanda de miel tradicional, combinada con una capacidad de producción limitada, solo hace subir los precios. Bee-io se enorgullece de no ser retenido por la “necesidad” de las abejas y, por lo tanto, tiene ambiciones ilimitadas.
La empresa opera en B2B y B2C y ya se encuentra en una etapa avanzada de comercialización en Estados Unidos. Espera conquistar Europa una vez superados los obstáculos legislativos.
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