Aquí, no hay fórmula mágica o poción. Pero dos varillas o un péndulo. El zahorí afirma usar estas dos herramientas para detectar el agua subterránea. No hay escuela de zahoríes que lo dominen, según ellos sería una “sensibilidad” única. Esto les permitiría sentir el “campo magnético del agua”. Esto se llama radiestesia. Pero detrás de esta práctica, pocas fuentes científicas. De hecho, todos los experimentos realizados sobre el tema no han resultado concluyentes.
El mayor experimento realizado hasta la fecha data de 1986. Y ella es muy seria. Realizado a petición del gobierno alemán, que quería saber si la radiestesia era un verdadero talento para explotarlo, fue realizado durante dos años por dos físicos de la Universidad de Munich. El protocolo respeta escrupulosamente el llamado estudio “doble ciego”. Un carro lleno de agua en movimiento circula sobre un eje de diez metros, bajo un piso elevado. Arriba, el zahorí solo necesita determinar la posición del agua, utilizando las herramientas de su elección. Cada vez, una persona que no conoce la posición del agua anota los resultados. Una primera fase de pruebas tuvo como objetivo encontrar el “mejor” fuentes. Del primer grupo de prueba de 500 participantes, solo 43 personas resultaron confiables. En total, esta segunda muestra realizó 843 pruebas en 104 series durante dos años. Cada vez, se cambiaba la velocidad del agua y su contenido de arena, grava o sal. Como resultado, seis de los 43 “mejores” participantes obtuvieron resultados ligeramente mejores por casualidad. Es decir, el 1,2% del total de personas que asistieron a este juicio.
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