Ciencias. Los neandertales podían oír y hablar tan bien como nosotros.

¡El hombre de Neandertal tenía buen oído! Y tanto como el nuestro. Según un estudio científico publicado el lunes, incluso tenía un lenguaje articulado similar al de su primo, el Homo sapiens.

Las habilidades cognitivas de los neandertales han dividido durante mucho tiempo a los paleoantropólogos, y algunos argumentan que solo el Homo sapiens, nuestra especie, ha desarrollado la capacidad de diseñar símbolos y comunicarlos fusionando el equivalente de palabras. El equipo de antropólogos que dirige la profesora Mercedes Conde-Valverde, especialista en bioacústica de la Universidad Española de Alcalà, recuerda que la arqueología documenta cada vez más el «comportamiento complejo en los neandertales».

Hoy sabemos que, como el Homo sapiens, esta línea humana cuyos últimos representantes desaparecieron hace unos 40.000 años, supo enterrar a sus muertos, pero también adornar cuerpos o fabricar herramientas sofisticadas. Como señala el paleoantropólogo francés Bruno Maureille, nuestros antepasados ​​compartían «con otros linajes humanos – diferentes a nosotros por su morfología (como el neandertal, nota del editor) – las mismas capacidades para producir y compartir actividades simbólicas».

“Un idioma muy cercano al nuestro”

El simple hecho de producir herramientas implica habilidades cognitivas, “que traducen un lenguaje articulado al menos similar, muy cercano al nuestro”, según él. Para determinar si los neandertales sabían usar un lenguaje, es necesario establecer si podían simbolizar conceptos y si tenían la capacidad anatómica de producir y percibir un lenguaje para transmitirlos, según los autores del estudio, publicado en Ecología y evolución de la naturaleza.

Lo hicieron reconstruyendo virtualmente los canales auditivos externos y medianos de cinco especímenes de la especie neandertal que vivieron desde hace 130.000 hasta hace unos 45.000 años. Luego derivaron valores midiendo su capacidad para capturar sonidos y especialmente su rango de frecuencia, es decir, su extensión. Sin embargo, “cuanto más grande es, más permite el uso de varios sonidos y más efectiva es la comunicación”, explica el Prof. Conde Valverde.

Luego compararon estos valores con los de dos grupos de individuos. Los humanos modernos y los primeros antepasados ​​de los neandertales, muchos de los cuales fueron encontrados en la Sima de los Huesos, la «cueva de los huesos», ubicada en el norte de España y datada hace -430.000 años.

Su conclusión es que los neandertales compartían las mismas habilidades auditivas que el Homo sapiens y, en particular, la de percibir sonidos de mayor frecuencia que los de sus antepasados. Estas altas frecuencias están asociadas con la producción de consonantes, una característica importante del lenguaje humano, que la diferencia de la forma en que se comunican los chimpancés y de casi todos los mamíferos, basada en gran parte en vocales. El estudio señala que las consonantes «son particularmente importantes para determinar el significado de las palabras».

Un complejo sistema de comunicación por voz

Dedujo que si el oído del neandertal se había desarrollado para agarrarlos era porque sabía cómo producirlos. Y concluye la existencia de un «sistema de comunicación por voz tan complejo y eficiente como el lenguaje humano».

Según el Prof. Conde-Valverde, «supo transmitir información oral de forma rápida y con una tasa de error muy baja». Incluso piensa que «si escuchas a dos hombres neandertales hablando detrás de una cortina, sin poder verlos, pensarías que estás tratando con personas de otro país que hablan un idioma extranjero».

Antoine Balzeau, paleoantropólogo del Museo Nacional de Historia Natural, describe el artículo científico como «interesante, con un enfoque cauteloso» por los autores. En particular, sigue la sugerencia de «comparar estos resultados con los del antiguo Homo sapiens». Y sugiere que, en última instancia, incluso más que la biología o la genética, la clave para comprender el universo neandertal radica en sus «aspectos culturales, que son realmente importantes», dice. Simplemente porque estamos en niveles de conceptos que implican su transmisión y, por tanto, “que somos capaces de emitir unos sonidos para formar grupos de palabras”.

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