La pandemia de Covid sacó a relucir el problema de la pérdida del olfato.
En todo el mundo, casi una de cada dos personas positivas para Covid se ven realmente afectadas por una pérdida del olfato parcial (hiposmia) o completa (anosmia). Pérdida olfativa que persiste en algunos casos.
Y, a diferencia de otros sentidos, actualmente no existe una tecnología avanzada capaz de restaurar el olfato, ni siquiera parcialmente.
Un proyecto coordinado en Lyon
El proyecto Rose, por tanto, tiene como objetivo diseñar una prótesis olfativa miniaturizada y evaluarla en pacientes con alteraciones del olor.
Coordinado por CRNL Lyon (CNRS, Inserm, Université Claude Bernard Lyon I), combina los esfuerzos de otros seis socios internacionales: Politecnico di Milano (Italia), École Polytechnique Fédérale de Lausanne (Suiza), Universidad de Thessaloniki (Grecia), el Universidad de Dresde (Alemania), la empresa Aryballe (Francia, Grenoble) y el Commissariat à l’Énergie Atomique et aux energies Alternative (CEA, Francia, Grenoble).
Financiación europea de 3 millones de euros
Este proyecto interdisciplinario combinará nanotecnología, microtecnología, biotecnología, diseño y mecánica, neurocirugía, olfato clínico, neurociencia y psicología cognitiva.
Ha recibido 3 millones de euros en financiación en el marco del programa piloto Pathfinder del Consejo Europeo de Innovación H2020 (anteriormente conocido como Horizon 2020 FET-Open).
En última instancia, podría abrir otras posibilidades tecnológicas para miniaturizar sensores de afinidad, útiles para otras aplicaciones. Esto incluye la integración en electrodomésticos, I + D y control de calidad de alimentos, sabores y fragancias, y nuevos enfoques de estimulación neuronal para la investigación en neurociencias.
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